“Difícil que lleguen con vida”, es el pronóstico para los animales, que emprendieron un peligroso retorno. Las cabezas de ganado estaban varadas desde el 22 de octubre en Turquía.

La noticia dio vuelta al mundo por lo insólita, y ahora la situación se encamina hacia un desenlace, aunque no el más propicio: el barco de bandera togolesa con casi tres mil vacas uruguayas varado en un puerto de Turquía ya regresa a Montevideo. El buque carguero abandonó en las últimas horas el mar de Mármara, donde estaba anclado, y se interna ahora en el Mediterráneo.
El viernes, las autoridades de Turquía y Uruguay mantuvieron una reunión virtual para destrabar la situación del barco que estaba desde fines de octubre sin poder atracar. No hubo acuerdo. Las organizaciones animalistas pusieron el grito en el cielo: «Puede que las vacas no lleguen con vida».
El viernes 19 de septiembre zarpó el Spiridon II, un carguero enorme y de 50 años de antigüedad, desde el puerto de Montevideo, Uruguay, hacia un puerto del Mar de Mármara, en Turquía. Llevaba a bordo, además de su tripulación, 2.901 vacas uruguayas que tenían como destino ese país de Medio Oriente. Exactamente 32 días después, el 21 de octubre, el Spiridon II llegó a las inmediaciones del puerto de Bandirma, en el Mármara, y hundió anclas a 12 kilómetros de distancia de ese puerto; a más de 100 de Estambul, a modo de referencia.
Desde ese martes 21 de octubre, las vacas llevaban hasta este sábado 25 días varadas. Iban a estar destinadas al engorde y cría en granjas turcas. Pero las autoridades locales impidieron el desembarco, ya que no todas disponían del certificado veterinario preceptivo. Aunque la gran mayoría de las vacas venían con todos los datos en reglas, 469 animales no estaban correctamente certificadas. Según la sentencia judicial labrada en Turquía, además había 146 animales con microchips o etiquetas ilegibles y otros 58 habían muerto durante el viaje de ida.
En Uruguay, en cambio, alegaban un desacuerdo entre dos empresas, la exportadora uruguaya y la importadora turca. «Desde el punto de vista sanitario está todo correcto», explicó Marcelo Rodríguez, director de Servicios Ganadero del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay.
En cualquiera de los dos casos, el buque se convirtió -como definieron medios locales- en una «tumba flotante».